En México, el Día de la Madre se celebra cada año el 10 en mayo.  Pero, ¿cómo nació este día?

Las primeras celebraciones se remontan a las civilizaciones antiguas. Por ejemplo, en la mitología egipcia, Isis, era adorada como “madre de todos los dioses”, mientras que en la antigua Grecia se realizaban celebraciones en honor a Rhea, la madre de los Dioses.

 

En Mesoamérica los mayas le rendían culto a Ixchel, diosa de la luna, el amor, la fertilidad y la gestación y los mexicas adoraban a Tonantzin —término con que se designaba a distintas deidades femeninas— que era “la madre de todo lo que existe”. En la cultura azteca, en donde una divinidad podía tener distintos nombres, Coatlicue, diosa de la fertilidad, también recibía el nombre de Tonantzin.

 

En el caso específico de México, el Día de la Madre surgió en 1922 gracias a la iniciativa de José Vasconcelos, entonces Secretario de Educación Pública y Rafael Alducín, periodista y fundador del periódico “Excelsior”, quienes consideraron instituir un día específico para prestar homenaje a las madres.

Inspirado por los festejos en Estados Unidos, el 13 de abril de 1922 Alducín lanzó una convocatoria en la primera plana del periódico para solicitar al gobierno la institucionalización de un día al año dedicado a las madres mexicanas.

 

De acuerdo con un documento publicado por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Ciudad de México, el diario “Excelsior” publicó lo siguiente: “Excelsior pretende que el diez de mayo de todos los años sea consagrado por los hijos a enaltecer en ida o en memoria a quienes les dieron ser”.

Años después, el entonces presidente de México, Manuel Ávila Camacho colocó la primera piedra del Monumento a la Madre en la Ciudad de México. El monumento fue inaugurado en 1949 por el presidente, Miguel Alemán Valdés, junto una placa de bronce pulido con la frase: “A la que nos amó antes de conocernos”.